martes, 2 de abril de 2013

Valoraciones de la huelga


04 de octubre de 2010


Ya que ha pasado casi una semana desde que se convocó la quinta huelga general de la historia de nuestro país, es hora de tomar conclusiones sosegadas:
 -Centrémonos en datos fiables que no puedan ser manipulados por nadie, no como las cifras que aparecieron al día siguiente en las que oí decir a Toxo que la huelga la secundó el 70% de los trabajadores. Eso no cuela. Uno de esos datos fiables puede ser el del consumo eléctrico, ya que viendo lo que se consume de media y teniendo en cuenta que las empresas son, de lejos, las que más luz gastan, si ese día no abrieron el consumo elétrico tuvo que bajar. Pues bien, bajó un 14%, lo cual nos ofrece una cifra incontestable de mal seguimiento: la del 2002 tuvo más bajada que esta.
 -Si exceptuamos a la industria que parece que sí que tuvo un seguimiento apreciable (debido entre otras cosas a que tienen por ley una mayor representación sindical), tanto los servicios, el transporte y los comercios funcionaron con bastante normalidad. En la Administración el seguimiento no llegó ni siquiera al 10%.

-Si a estas cifras le añadimos que una buena parte de los trabajadores que no tenían intención de sumarse a la convocatoria, no pudieron asistir a sus puestos de trabajo por amenazas, silicona, palos y cortes de carreteras provocados por los piquetes, la conclusión es bastante pesimista para los sindicatos convocantes.

-Peor es la que se formó en Barcelona, cuando cuatro(cientos) imbéciles antisistema aprovecharon el día para saquear y quemar contenedores, creyéndose Robin Hoods del siglo XXI.

Esta ha sido una huelga que iba en contra de una medida ya aprobada por el parlamento, una huelga en contra de la política en general y que ha tenido cierta repercusión fuera de nuestras fronteras. Repercusión que aliviaba las tensiones entre etnias europeas con la política de inmigración de Francia. Aqui en lugar de expulsar a gitanos rumanos deberíamos empezar a expulsar a gilipollas.

Así que sin desviarnos más del tema, concluiré con que, una vez más, una huelga general vuelve a ser inútil, porque hace mucho daño económico, material y en este caso no se ha conseguido nada: la reforma sigue adelante y todavía no sabemos si sus efectos serán positivos o negativos.

Lichtenberg: "Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto".

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