martes, 2 de abril de 2013

A mis "niños"


02 de marzo de 2011


Aunque viene siendo muy habitual dar gracias cada vez que vengo de un torneo de debate, esta vez considero más que justificada la entrada y, por ende, no me extenderé más de lo estrictamente necesario.

En esta ocasión el susodicho torneo era uno especial: se trataba del Torneo 50 aniversario de la Universidad Pontificia Comillas, del cual, su director del Club de debate  (Pablo Carbajosa) tuvo la enorme gentileza de invitarnos porque ya le gustó vernos debatir en Bilbao. Mis felicitaciones a la universidad. Brindé por otros 50 maravillosos años.

Gracias, en primer lugar, a todo el Club de Debate de la universidad Pablo de Olavide por el apoyo mostrado, en especial a la incansable Carmen Verdugo por ayudar con el "toby". Ya os lo he dicho: esto es un éxito de todos. De un colectivo.

Gracias, en segundo lugar, a Carmen Diego, que no pudo venir por problemas familiares y que con ella nos habría resultado menos difícil ganar este Torneo, no me cabe ninguna duda. Es una persona maravillosa.

Gracias a Pablo del Río, porque ha sido capaz de sobreponerse a las circunstancias, luchar contra el cansancio y demostrar lo enorme que es. Has hecho un torneo magnífico, Pablo. Verte crecer y que te den premios es algo que me llena una barbaridad, amigo mío.

Gracias a Pilo, ese del que dicen "niñato con patillas", porque es la persona más inteligente que conozco: emocional, cognitiva, dialéctica, reflexiva y racionalmente hablando. Probablemente no haya conocido un refutador como tu. Todas las intervenciones tuyas fueron PERFECTAS. Te mereces este premio como nadie, porque has luchado como un jabato y los que estaban alrededor tuya lo merecían también. Ya lo tienes. Enhorabuena.

Y gracias a Alberto Arteaga, claro. Aquel sevillano tan diplomático que me dio la bienvenida el primer día que llegué al CEUPO y consiguió que no saliera corriendo de allí. Eres un orador de la releche, un competidor nato y una persona magnífica. Tus conclusiones son modélicas y eres listo y pillo como el que más. Efectivamente, me topé con un equipo ambicioso. Pero ese día llegó, Arti, llegó.

Todos teníais menciones individuales. Ahora ya las tenéis de equipo. Quiero daros las gracias porque me habéis dado un título como capi. Pero lo he tenido fácil: sois unos debatientes de elite, por lo que el agradecido soy yo.

Ahora toca lo más difícil: seguir aprendiendo y disfrutando con una de las cosas que más os gusta: debatir.

Gracias.

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