martes, 23 de abril de 2013

Los "Millenials".


El primer censo serio al que los especialistas conceden cierto rigor es de 1857, el año en el que nació Alfonso XII. España tenía 15.464.310 habitantes. Desde entonces, todos los datos estadísticos oficiales ya sean censos o padrones municipales (estos comenzaron en 1996), han marcado un incremento sostenido de la población (menos, se supone, en los años de la guerra, pero no hubo censo entonces). Y así ha sido hasta ayer, el día en el que el Instituto Nacional de Estadística (INE) hizo públicos los datos —aún provisionales— del padrón a 1 de enero de 2013. Esto supone una circunstancia inédita: la población cae.

La economía es un concepto abstracto, pero sigue siendo una ciencia social. Cuando uno está sentado en un aula soleada o bajo los techos de una facultad, ni la bolsa ni las últimas cifras de (des)empleo parecen especialmente acuciantes. Estoy seguro de que durante mi estancia en la universidad, en los primeros años posteriores a la crisis y la Gran Recesión, habría sido incapaz de decir los datos económicos fundamentales ni de qué manera iba a mejorar (o empeorar) nuestras vidas la última propuesta del Gobierno.

Cómo echo de menos aquellos tiempos.
Resulta que la tasa de paro no es un concepto tan abstracto, después de todo.
El otro día leí que a nuestra generación, los nacidos entre 1984 y 1990, entramos dentro de los llamados "Millennials", porque obtuvimos la mayoría de edad al empezar el milenio 2000. Dicen de nosotros que constituimos la generación más preparada de la historia, pero que pecamos de ser creídos y malcriados. Y en mi opinión, es cierto. Nuestros padres nos han educado dando por hecho que tendríamos una vida fácil, una situación económica acomodada y, por supuesto, el trabajo de nuestros sueños. Nos han hecho creer que podríamos llegar donde quisiéramos. Esto nos ha llevado a pedir más a la vida, a tener expectativas muy altas que raramente se ven satisfechas. Mientras la generación de nuestros padres se conformaba con el mero hecho de tener un empleo, la nuestra no sólo quiere uno, sino que lo quiere en un departamento concreto de una empresa determinada. Lo preocupante de esto es que nuestra percepción del mundo laboral no casa en absoluto con la realidad actual. La crisis ha provocado que tengamos que aceptar cualquier trabajo, aunque ni siquiera tenga que ver con nuestra formación. Y si a esto le sumamos jornadas de 12 horas, salarios irrisorios y contratos de becario, tenemos como resultado una generación deprimida, pesimista, desmotivada e insatisfecha. Eso, los que tienen un empleo, porque recordemos que el 55,13% de los jóvenes españoles no lo tiene.

Me encontré a una amiga que me decía que en algún momento dejó de contar los días. No sabía en qué día vivía ya que, ¿de qué vale un fin de semana cuando no hay días laborables? ¿Qué diferencia hay entre un lunes y un jueves cuando no se tiene motivo para soñar con el fin de semana? 
Creo que no es que seamos una generación perdida, si no una generación abandonada. Sin una estrategia ni un plan, sin un maldito plan para nosotros. España ya no es el Dorado para los extranjeros, ni tan atractivo para inversores. Imagínense para aquellos españoles jóvenes que se ven obligados a hacer "movilidad exterior" (así lo calificaba Fátima Báñez), al ver que ni ellos pueden hacer algo por España, ni España puede hacer algo por ellos. Curiosamente, lo mismo que debieron sentir aquéllos jóvenes de 1857...  

martes, 2 de abril de 2013

A propósito de los jueces

31 de marzo de 2013



Esta entrada viene a raíz de lo publicado por mi novia en su blog, http://jetlagnotes.blogspot.com , muy recomendado, y quisiera dar mi valoración porque el tema creo que lo merece.
En mi opinión Teresa tiene razón, la organización no debería descuidar a sus jueces. Creo que unos jueces que no vayan siquiera sin saber cómo es un debate de competición puede desvirtuar la competición, y considero que lo que da calidad a un torneo son los jueces. Así de simple. Cada torneo tiene la final que se merece, y buena parte de culpa la deberían tener los jueces.
Éstos deberían saber que hay turnos y existen unas reglas, y que hay que respetarlas. AHORA BIEN, no debemos olvidar el fin último del debate de competición: convencer con la verdad. Cuento que cuando estuve en el club de debate de la Universidad Pablo de Olavide, no canso de repetir que en ocasiones ensayábamos con Concha, la simpática limpiadora. Una mujer luchadora y que ha trabajado toda su vida, curtida en las batallas que dan los años. Y Concha dirimía el ganador. Y puedo asegurarles que Concha no solía equivocarse demasiado desde un punto de vista profesional.
Si el juez es inexperto en debate, lo será en otra cosa. Es una persona y su criterio, al igual que el del juez experto, es subjetivo. Es más, es una simple persona. Y si no ha visto un debate de competición en su vida, no lo ha visto para ninguno de los dos equipos. Este hándicap también debería de formar parte de la estrategia de los clubes, y hay que saber adaptarse a ello.
Puede que distorsione un resultado, claro. Pero si no le hemos convencido a él, difícilmente lo haremos a otros. Yo ensayaba con mi abuela, hasta que se enteraba de las dos posturas. ¿Seríais capaces de convencer a una masa numerosa de personas? Los debatientes no están al servicio de un jurado, si no de la sociedad. El día que olvidemos esto no tendrá sentido debatir. A menos que seamos coleccionistas de premios de metacrilato. 

La decadencia de la clase política

23 de enero de 2013



Se manifiesta como una incapacidad para responder a los desafíos provenientes del ambiente, de una sensación de vulnerabilidad y de controlar o administrar las transformaciones que en el ámbito social se producen. Es una disminución drástica de la capacidad política para gestionar lo que tiene que gestionar. Esa es la decadencia política.
Decir que la clase política está en decadencia no es una opinión, es un dato corroborado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). ¿De verdad hay quien defienda que los políticos españoles están en auge ahora que las encuestas los sitúan como el tercer mayor problema de los españoles?
Lo que debería provocar un consenso urgente entre los partidos políticos no es la respuesta corporativista contra lo que dijo el juez Santiago Pedraz (exactamente eso: "decadente clase política", sino un plan urgente contra esa decadencia que envuelve a todos y cada uno de ellos, antes de que el divorcio con la ciudadanía vaya a más y sea irreversible.
No es admisible, por ejemplo, que uno de cada cinco parlamentarios del Partido Popular en las Cortes Valencianas esté imputado por corrupción. No es admisible los ERE´s, los escándalos de Bankia, los escarceos de Urdangarín, los sobres de Bárcenas. No ha habido día en las últimas semanas que no hayan aflorado nuevos casos. ¿Y saben cuál es el problema? Que no pasa nada. Nada. De ahí el abismo entre la sociedad y los políticos. Afecta a todo el sistema. Hay sensación de vulnerabilidad, como dije antes, cuando indultan al conductor kamikaze que mató a dos personas circulando 13km. en dirección contraria por una autovía.  
La falta de confianza es masiva y creciente entre los líderes políticos. Así, en los últimos meses, según encuestas de Metroscopia, en torno a un 80% de la población no confía en la gestión pública de Rajoy y otro 80% -de composición distinta al anterior- no confía en Rubalcaba, como jefe de la oposición; la clase política aparece como problema (el tercero, tras el paro y los problemas económicos), no como solución. En su último barómetro, publicado el pasado 13 de enero, el 74% de la población desaprueba la gestión de Rajoy como presidente de Gobierno y al 84% le inspira poca o ninguna confianza. En el caso de Rubalcaba alcanza el 81% de desaprobación y el 91% de desconfianza. Además, el 88% (85% de votantes del PP y el 93% de votantes del PSOE) afirma que Los políticos actuales están más preocupados por sus propios problemas e intereses que por resolver los de nuestra sociedad, y el 81% (73% del PP y 86% del PSOE) dice que Los políticos actuales crean problemas en lugar de resolverlos.  Y el 95% (95% del PP y 96% del PSOE) cree que Los partidos tienden a tapar y proteger a aquellos de sus militantes corruptos en vez de denunciarles y expulsarles.
Seguirá siendo indecente, seguirá siendo una preocupación, pero el abismo está convirtiéndose en insalvable. Y eso, eso señores políticos, no se arregla de la noche a la mañana. Y eso, eso compatriotas ciudadanos, no cambiará hasta que cambiemos nosotros.


"La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir."
Jacques Benigne Bossuet (1627-1704) Clérigo católico francés y escritor.

Dinero y dignidad

11 de diciembre de 2012



¿Cuánto vale su dignidad?

Para Nafissatou Diallo, la limpiadora del hotel que acusó de agresión sexual al ex-director del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, vale 4 millones de euros.

Este caso, que como recordarán ustedes salpicó al francés en verano de 2011, ha sido llevado por el juez de Nueva York, Douglas McKeon, quien ha ratificado a primera hora de la tarde del lunes en su tribunal del Bronx el pacto. Éste hombre le ha parecido a bien que el silencio de la ex-limpiadora (porque a partir de mañana, dudo mucho que lo sea de facto), vale esa cantidad. Nafissatou, la humilde trabajadora, ha puesto precio a su dignidad por 4 millones de euros. Pero, ¿cuánto vale la de ustedes?

Y es que parece ser que la señorita Diallo no ha retomado su trabajo en el hotel de Nueva York. Según Associated Press, la limpiadora está recibiendo -hasta ahora, claro- una cantidad mensual en concepto de indemnización laboral por parte de la cadena hotelera. Sus abogados aseguran que la supuesta agresión sexual que sufrió ha “sumido a la joven y a su hija adolescente en un completo caos”. El remedio ya lo tiene en una cuenta bancaria de American Bank.
Imagine que es su caso. Que también le acosan sexualmente un tipejo de estos lares, y que le ofrece la oportunidad de comprar su silencio para que no ahonde más en su herida. ¿Cuánto valdría?


 Efectivamente y como ya nos advertía el dicho, "todo tiene un precio", hasta el mismo valor moral de afrontar un "dejar ir al culpable", por el Poderoso Caballero que es Don Dinero. Para la Comunidad de Madrid, es Eurovegas. Para George Lucas, la serie digital "Las Guerras Clon".


Para el que les habla, que le gusta mucho el cine, al oír el caso recordó a la magnífica y polémica película de Adrian Lyne, "Una proposición indecente", en el que David (Woody Harrelson), arquitecto, y Diona Murphy (extravagante y por aquel entonces cotizada Demi Moore), agente inmobiliario, son un matrimonio felizmente casado y bien avenido que, por culpa de un traspié económico, ve peligrar su nivel de vida. En Las Vegas, donde buscan un golpe de suerte en el juego que les traiga algo de dinero, un maduro y apuesto multimillonario (un gran Robert Redford) ofrece a David un millón de dólares a cambio de pasar una noche con su mujer.


 A los que hayan visto la película, sabrán de su entramado y desenlace y volverán a preguntarse lo que en su día ya se preguntaron: ¿qué haría yo si fuese David? A los que no la hayan visto la recomiendo, muy a pesar de su calculado final, y de que no les hará otra cosa que despertarse al día siguiente calculando, precisamente, cuánto valdría su dignidad. O la de sus servicios.

 "La derrota tiene una dignidad que la victoria no conoce."

Una entrada a Star Wars

23 de noviembre de 2012



"Hazlo o no lo hagas. Pero no lo intentes".
Yoda a Luke Skywalker.

El que escribe pasó de la veintena hace unos años y desde hace unas semanas, con el anuncio de una nueva trilogía de Star Wars, me han venido a la mente los recuerdos de algunas tardes de mi pre-adolescencia. Justo cuando pasó exactamente lo mismo que hace unas semanas ha ocurrido. Ya agotada la primera trilogía del mito galáctico, George Lucas anunciaba su intención de rodar una nueva trilogía, ya pensada de antemano, para completar su obra cinematográfica. Entonces, fanáticos como éramos de Luke Skywalker (bueno de Luke no tanto), Han Solo y compañía, fantaseábamos sobre cómo serían las precuelas que estaban por venir.

Sobre el resultado y la calidad de la segunda trilogía se han escrito ya ríos de tinta y los encendidos debates sobre lo que ha aportado o ha arrebatado a la saga ya aburren. El tiempo entre una y otra fue sin internet, con los únicos medios de la escasa prensa escrita apasionada con el tema. Ni hablaremos de la prensa televisiva.

Lo que sí consiguió la segunda trilogía, además de aumentar el mito y engordar las arcas de Lucasfilm, fue presentar Star Wars a una nueva generación.

Esa generación de nuevos fans estarán sintiendo ahora lo mismo que yo hace casi dos décadas. La saga continúa, además de en las novelas, los cómics o las series de animación, con una nueva trilogía cinematográfica ya anunciada oficialmente. Y ya sabemos todo lo que eso conlleva: expansión del universo, nuevos personajes, nuevas tramas, futuros spin-offs, figuritas, videojuegos, novelas, juegos de rol, juguetes para regalar con los menús infantiles de las hamburgueserías... ¿No es fantástico?

Lucas negó por activa y por pasiva la posibilidad de producir una nueva trilogía. De hecho, argumentaba que con las seis películas quedaría contada la historia completa que él se había propuesto narrar. Ahora, con Disney de por medio y el anuncio oficial de la propia Lucasfilm se disparan las especulaciones... ¿Qué veremos en esta nueva trilogía?

En un principio se suponía que estas tres últimas películas, situadas en el tiempo justo después de la muerte de Darth Vader y el triunfo de la resistencia sobre el Imperio galáctico, tratarían sobre la vida de Luke Skywalker y la persecución de los últimos caballeros Sith. Pero, con los actores de la trilogía original un poco mayorcitos, la continuación inmediata de los hechos se antoja difícil. Por lo que parece más probable que el testigo lo cojan la siguiente generación en el universo Star Wars, es decir los hijos de Han Solo y Leia (Jaina, Jacen y Anakin Solo) o el hijo de Luke (Ben Skywalker). Aunque ya se ha anunciado que las películas nada tendrán que ver con lo escrito en las novelas.

En cualquier caso, el proyecto de las nuevas películas hace que los fans de Star Wars, de todas las edades, e independientemente de si amamos u odiamos la segunda trilogía, volvamos a sentir esas ganas tremendas de conocer ya todos los detalles. Ojalá Disney y los nuevos responsables de Lucasfilm traten a la saga como se merece y mimen la franquicia para conseguir que la nueva trilogía vuelva a ser 'la Saga' de ciencia ficción que todos queremos ver, comprar, coleccionar... Y ya os aventuro que cuando aparezca el primer 'teaser' y vuelvan a encenderse los sables de luz, no habrá baberos para retener todas nuestras secreciones salivares.

Star Wars no es la mejor película de la historia. Muchos de mis amigos se sorprenden aún cuando digo esto. Pero muy probablemente Star Wars sí sea la película más importante de la historia del cine.
Con ‘Star Wars’ comienza el cine moderno. Así de sencillo. Por supuesto que no es una isla a partir de la cual surja todo lo demás. Eso por descontado. Se enmarca en una época revisionista y rejuvenecedora que no hubiera sido posible durante la época de los grandes estudios. Así mismo, su marcado tono jovial, efusivamente luminoso, se encuadra a la perfección en un momento de inseguridad industrial y de dubitativos modelos narrativos. De hecho, Lucas va a contracorriente en unos años setenta en los que los Spielberg, Scorsese, Coppola y compañía cogen los antiguos géneros y estilos hollywoodienses y de alguna forma los transforman, buscando la perversión del clasicismo.
‘Star Wars’ lo cambió todo. A partir de entonces, cobró mucha mayor importancia el marketing. Renovó el interés por scores elaborados y sinfónicos (ya lo había hecho ‘Jaws’, del mismo Williams, pero aquí mucho más). Inauguró la categoría de herramienta esencial de los efectos especiales de toda clase (maquetas, pantallas azules, animaciones, maquillajes). Evidenció la falta de cultura cinematográfica de la mayoría de sus imitadores (llegando hasta nuestros días, con los astutos, brillantes, pero pobres en cine puro Wachowski o Jackson). Entregó el cine a los adolescentes. Para bien o para mal, ‘Star Wars’ significó el principio de una nueva era, mientras que otras películas de mucho mayor prestigio, como ‘Ciudadano Kane’, recogían y cristalizaban los adelantos técnicos y narrativos acumulados hasta entonces. La de Lucas, sin embargo, reencontraba en el cine el espacio de la aventura infinita, de los sueños hechos realidad.
Porque no existe película más famosa que ‘Star Wars’. Porque ‘Star Wars’ es sinónimo de cine-espectáculo, de acudir a la sala a maravillarse, una y otra vez. Porque el impacto en la cultura popular de esta saga está a años luz (nunca mejor dicho) que el de otras como ‘El señor de los anillos’ o‘Matrix’. Sin embargo, sin ella no existirían éxitos grandiosos como el de ‘Avatar’. Porque sus valores éticos siguen significando una lucha contra la opresión, una búsqueda de la libertad individual y colectiva, de la dignidad y lo mejor de cada uno de nosotros. Porque su historia sigue siendo la de la fraternidad, la amistad, la lucha, el valor, la redención, el perdón y el éxtasis de vivir.
Lo que nos queda es un sinfín de filtraciones, rumores, imágenes y años (hasta 2015), que espero que maravillen a una nueva generación tanto como hizo con la mía.
Que la Fuerza nos acompañe...

Sensaciones de Madrid. Sensaciones de Varsovia

08 de noviembre de 2012



La semana pasada estuve siete días de vacaciones. Como no podía ser menos, aproveché  para ver a mi novia en Varsovia.

No les aburriré con detalles del viaje. Voy a hablarles de sensaciones turísticas. Varsovia, la capital polaca, es una ciudad que me eliminó todos los clichés que tenía de ella nada más pisarla. No es una ciudad triste ni desangelada, ni mucho menos pobre y ruinosa. Es un lugar reconstruido a sí mismo que se vale de sus condiciones climáticas para autoaprovecharse. Por ello tiene bellísimos parques que en otoño mezclan las hojas caídas de los árboles con abundante nieve, y avenidas enormes y anchas de estilos neoclásicos. Es una ciudad que vive de los servicios y de la historia. La de sus celebridades, como el genial músico Chopin o el destacado astrónomo Copérnico.

El Stare Miasto, el casco histórico de la ciudad, ha sido coloreado por caprichosos decoradores y el Centro de la Cultura -un edificio de más de 30 plantas que sirve un poco para todo-, es odiado por los más viejos del lugar porque fue construido en etapa comunista. Por la noche, decenas de focos de colores lo iluminan brillantemente, compitiendo con los rótulos de las marcas que tienen sus oficinas en los rascacielos más cercanos.

Es una ciudad con muchos jóvenes españoles en busca de fortuna o año académico, y los nativos -del que una amplísima mayoría tiene un perfecto inglés-, se paran a ayudarte si estás viendo un mapa. Esa es Varsovia. Una ciudad de cielo gris que lucha por tener color.

No como Madrid. Les confieso que cada día que tengo que pasar por la capital española, más la odio. Me atrevo a decirles que Madrid no tiene personalidad. Es la capital más ácara que he visitado, sin respirar, como les digo, una personalidad propia. Y la sensación que me transmite es, a todas luces, negativa. Puedo confesarles también, que sentía más inseguridad en la capital española que en la mismísima Nueva York o la "city" londinense. Madrid tiene partes que son bonitas, pero tienen más de 500 años. El metro es hostil, carísimo, ineficiente y sucio. Con un mendigo o cantautor en cada estación. Lleno de personas que se miran las unas a las otras con cara de sospecha y mano en la cartera. O leyendo sin transmitir,a pesar de ello, el mínimo atisbo de cultura sobresaliente. Desde el avión o desde el AVE, puede verse a lo lejos la gran boina contaminante que sombrerea la ciudad. No es elegante, es pija. O desagradable. O lo uno o lo otro. Y sobretodo no es acogedora. El Retiro o el Campo del Moro han perdido el encanto que tenían, y los barrios pasan a ser cada vez más inestablemente multiculturales.

La Castellana se ha atrincherado a sus grandes empresas y la Gran Vía es tan tan tan comercial, que apesta. Soporta un tráfico horrible, imposible de aparcar cuando vas al centro, la gente va con prisas y hay que tener suerte para encontrar a alguien agradable. Desconfiada. Contaminada. Degradada.

Vayan a Barcelona, vayan a otras capitales y exprésenme su opinión. Y díganme si les gustaría vivir en esa capital o en otra. Yo, por infortunio y visto el progreso social e institucional que está llevando, me quedo con cualquier otro sitio.

Una carta al Señor Presidente del Gobierno

08 de octubre de 2012



Querido presidente:
Antes me preocupaba la clase política. A la que usted pertenece desde hace tanto.Veía sus declaraciones, criticaba y (muy pocas de las veces), le alababa en decisiones difíciles cuestionadas por una mayoría que se cree Ministro. Ahora ya no tanto. Según una encuesta realizada por Metroscopia en el diario El País, que seguro que alguno de sus asesores le ha pasado, el 91% de los encuestados cree que va a haber más manifestaciones masivas. Un 84% cree que va a aumentar la inseguridad ciudadana. Un 79% que se van a producir protestas violentas, asaltos a comercios (64%) o boicoteos a bancos (61%). Y aunque la mayoría cree en la ley, tres de cada diez personas ya no lo ven como la barrera ante la que siempre hay que detenerse. No he ido a las manifestaciones, para serle sincero, pero eso no significa que no comparta el malestar.
Esa es la España que tenemos hoy en día. Una España que no confía en su clase política, señor Rajoy. Que se ha ganado a pulso su decadencia (esa misma de la que hablaba el juez Pedraz), con sus actos, sin dar ejemplo y sin cosechar prácticamente ningún caso paradigmático de que las cosas están yendo bien. Porque no están yendo bien. Políticos que no sé qué se les pasa por la cabeza cuando dicen que "las leyes están como las mujeres, para violarlas".
Percibo, no sé si justificadamente o no, que se está cultivando un germen de malestar que espero no arraigue en espiral de violencia. Que los jóvenes sigamos teniendo en nuestras mochilas libros y CV; y que no los sustituyamos por cócteles molotov. Puesto que la situación es insostenible, pero no sé cuánto más puede sostenerse la paciencia.
Necesitamos un plan, un plan de crecimiento. Una maldita luz, señor Rajoy. Un puto rayo de esperanza, y perdone mi lenguaje. Que los adultos más maduros que no encuentren trabajo, cuando acabe la crisis esperemos que lo hayan encontrado, porque para nosotros los jóvenes ya está perdido. Y lo creo firmemente. Es precariedad o paro, como escuché decir. Lamento profundamente mi pesimismo al decir y confirmar que, efectivamente, somos una generación perdida.
A veces, créame, me levanto más ilusionado, recordando los malditos consejos de los libros de auto-ayuda y demás vende-burras. Pero hoy no, fíjese usted. Hoy me ha tocado levantarme nuevamente triste, sin esperanza, al leer y recordar comentarios de amigos de promoción que tan mal lo están pasando. Mucho menos es la alegría si leo las noticias y ese "termómetro social" que es twitter. Los clichés que mis padres me decían, como "estudia si no quieres acabar como basurero", se han quedado en un "ojalá lo sea".
Yo no he vivido por encima de mis posibilidades, señor Rajoy. No lo considero así. ¿Cuáles eran éstas? Dudo mucho que pueda comprarme un piso en mi vida, que viviré de alquiler y que no podré tener muchos hijos porque será imposible mantenerlos. Sin embargo, no creo que mi camino repita la misma dirección que el equivocado que tomó  la generación de mis padres, que ve estupefacta como se marchan sus hijos al extranjero sin que puedan ofrecerles nada.   
Que pase el tiempo rápido, señor presidente. Eso es lo que pido. Que pase esta pesadilla pronto y que elabore un maldito plan, a poder ser alejado de casinos y hoteles. Y que encuentre las fuerzas necesarias para seguir luchando y sacarnos de ésta, pues a mí, como a muchos, se nos están acabando.
Será que me he levantado pesimista.
Un saludo, y suerte en las elecciones.
A.Barco.

Encriptaciones, lenguaje y comisiones

24 de septiembre de 2012



En la Segunda Guerra Mundial, los Aliados echaron mano de indios nativos navajos para encriptar los mensajes que sus tropas usaban en combate, con el fin de que los alemanes no pudieran descifrar el lenguaje y tomar ventaja en la contienda.
Desde los tiempos de J. Edgar Hoover (“Prefiero tener a Edgar dentro de la tienda meando hacia fuera, que fuera de la tienda meando hacia dentro”, definió lapidariamente el presidente Lyndon Johnson), el FBI ha evolucionado que es una barbaridad. Aunque los navajos siempre fueran una opción. Ahora, para que sepan ustedes, se dedica también a perseguir con ahínco los fraudes financieros. Es normal, está muy de moda y, además, ayuda a "humanizar" a la institución. Recientemente, después de duros meses de trabajo, consiguió descifrar el código que utilizaban algunos bancos villanos para manipular la compra de deuda municipal estadounidense. Según los investigadores federales, ante economistas de las universidades más prestigiosas, los bancos acusados “hablaban en código, como la mafia o los traficantes de droga” para acordar los precios, manipular las subastas y engañar a los ciudadanos. La agencia ha detenido a tres empleados del banco suizo UBS y otras 19 personas están sometidas a investigación. Aseguran que Bank of America y JP Morgan Chase también están en la pomada. El FBI debería publicar el código, para que los contribuyentes se hagan una idea de la imaginación desplegada por los empleados defraudadores para burlar la vigilancia de las autoridades financieras. Pero no lo ha hecho y, viendo el argot que usan los narcos y delincuentes, imagine usted la complejidad. Con el FBI no han podido.
Algo no cuadra. De todos es famoso la utilización de tecnicismos hipotecarios y lenguaje ilegible financiero para disfrazar condiciones y comisiones, pero ¿de verdad necesitan los bancos e intermediarios financieros un argot o lenguaje encriptado para ocultar sus intenciones? ¿El lenguaje bancario no es lo suficientemente críptico como para despistar a los agentes de la ley y el orden? Si se han inventado un idioma propio para acordar los precios y burlar el mercado, debe ser extremadamente difícil de descifrar. Como para que lo analicen los lingüistas del Instituto Tecnológico de Massachussetts o de Harvard. Imagínense ustedes con una persona normal de la calle.
En España es bien afamado el caso de las preferentes. Vendiendo este paquete bomba dinerario a personal analfabetamente financieras y sin posibilidades de contratar a un "traductor". Y eso que no están en euskera (también utilizado en la IIGM) ni en indio navajo, sino en la misma lengua de Cervantes. Puesto que el FBI ya ha conseguido lo más difícil y dispone de la decodificación del lenguaje metabancario, podría ayudar a los consumidores españoles a descifrar el contenido de contratos e hipotecas, la letra pequeña de los préstamos y la interpretación de las comisiones bancarias. Todas legales, por supuesto, pero enigmáticas. Los clientes llevan decenios intentándolo y no lo han conseguido. Habrá que ser del FBI para entenderlos.

¿Héroes o Villanos? El caso Sánchez Gordillo

23 de agosto de 2012



Está de moda. La cruzada de este señor, nos guste o no, está dando que hablar. Hoy estaba en Córdoba arropado por sus simpatizantes. Mañana seguirá su marcha hacia Jaén. El famoso alcalde de Marinaleda es aplaudido por la convicción de sus ideales y valupendiado por sus formas.

Esta entrada la he escrito motivado porque muchos amigos me han pedido mi opinión. Para presentarlo (si es que hacía falta), transcribo una pequeñísima biografía extraída del blog de mi amigo Carlos Valverde (tenéis el link a su derecha por si queréis visitarlo), que describe muy concretamente:

"Juan Manuel Sánchez Gordillo, actual alcalde de la utópica Marinaleda (y lleva en el cargo desde 1979, es el único que conocen en esta población desde que acabara el franquismo).

Sánchez Gordillo es miembro de Izquierda Unida (IU) y parlamentario por la misma en el Parlamento andaluz (encabezando la lista sevillana a la candidatura de las elecciones andaluzas, y negándose a pactar con el PSOE-A). No cobra sueldo por su alcaldía, y de los 3.100€ que se le asignan en el Parlamento dona 1.000€ a IU y a distintas ONG. En su pueblo, se puede acceder a una vivienda desde 15€/mes, afirma que existe un pleno empleo gracias a una cooperativa agraria local, y todas las decisiones se adoptan mediante asambleas. Además, últimamente ha pedido que todos los supermercados donen los alimentos que estén a punto de caducar a la organización Cáritas Diocesana. Fuera o no éste nuestro héroe, desde luego el hombre apunta maneras."
 
Yo creo que la práctica totalidad de españoles han terminado por conocer a este hombre de firmes principios.Del lado más comunista de IU, su protagonismo mediático ha venido sobre todo por los casos ilícitos de asaltos a supermercados para dárselo a los bancos de alimentos que, intuyo, la práctica totalidad de españoles desaprueba. Al menos en su forma, su método. Otra cosa es que podamos estar de acuerdo en su transfondo. Yo aquí amigos, seré breve y poco original. Hay otras maneras de luchar por la causa, efectivamente. Pero comparto parte de su argumentario de la injusticia, el reparto desigual y los beneficios -más allá de los económicos- de los más poderosos. Es decir, que no tengo, lamentándolo mucho, nada nuevo que aportarle. Otra cosa también son sus soluciones a los problemas. Tampoco entraré en materia. 
 
Lo que sí puedo hacer es valorar otro asunto que, a colación del anterior, también se ha venido discutiendo. Se ha comparado a Sánchez Gordillo con un Robin Hood. Ese héroe inglés medieval que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Yo no lo veo así, sinceramente. Yo creo que Gordillo se asemeja más a un héroe como Batman. Le explico el por qué.
 
Para los que conocemos algo más profundamente la vida del hombre murciélago que el resto de los mortales, sobre todo más allá del monumento mediático-mesiánico que es esa trilogía fílmica de Christopher Nolan, siempre hemos identificado la figura de Batman como un símbolo. La Bat-señal es el mayor exponente de ello. Que no tenga súper-poderes, otro.
 
Él siempre fue el héroe de Gotham y convirtió su lucha contra el crimen y la injusticia para defender a su pueblo. Nunca quiso vengar la muerte de sus padres, si no ayudar a los habitantes de una moderna ciudad. Esa con la que tanta conexión tenía: la que le dio sus riquezas y volvió a quitárselas. Lo ganó todo por ella, y lo perdió todo también por ella. Enfrentándose al miedo con el propio miedo, consigue derrotar a lo que los ciudadanos temen y les oprime. La corrupción, la cleptocracia, la falta de valores, la pérdida de la dignidad, el abuso político, el contrabando, la unión de poderes, etc. Batman les da la libertad, el empujón necesario para levantarse, manifestarse y reaccionar. Ahí es donde reside el heroismo del alter-ego de Bruce Wayne. El hilo de esperanza que aparece en la noche, con la luz de su señal reflejado en las nubes de Gotham. Una sociedad egoísta que estaba adormilada y se auto-protege como mejor puede, pero que resurge del aletargamiento con ideales cívicos y democráticos. Un ejemplo de esto es la escena de los dos ferrys de "El Caballero oscuro".
 
 
Pero Batman es, nos guste o no, un justiciero. Como lo es, nos guste o no, Sánchez Gordillo. En su cruzada por unos firmes ideales, Sánchez Gordillo es ese tipo de símbolo que necesita el pueblo para despertarse. No a asaltar supermercados ni a tomar bancos. Si no a reaccionar ante el abuso de poder, a no esperar a ese "que lo solucionen otros" tan español. Se le persigue por sus actos, pero no por sus ideales.
 
Tendrá amigos y enemigos, por supuesto. Como los tuvo Batman, que parte de la población no estaba con él. E incluso será perseguido por la policía, como ya lo fue también el hombre murciélago. Pero seguirá siendo ejemplo de "querer cambiar las cosas". Más intenso, si. Aunque más paradigmático.
 
 
"Como hombre, soy de carne y hueso, pueden ignorarme o destruirme, pero como símbolo puedo ser incorruptible."
Bruce Wayne. Extraído de Batman Begins, 2005. Christopher Nolan.
 
 
http://barcomoreno.blogspot.es/img/batman.jpg

Del dominio de la sombra

06 de agosto de 2012



Tan sobrecogedor y maléfico título, propio más bien de una novela de fantasía que de un blog de este tipo, escondo una profunda (aunque sin excesos) reflexión en una toalla de playa bajo las faldas de una sombrilla.

Así que no debe asustarse. Lo que va a leer a continuación es fruto del aburrimiento y la mera observación de un fin de semana en aguas mediterráneas.

Verá, todo comienza con mi aprensión a la sombra. O, más bien, a no poder estar más de tres minutos expuesto al caluroso sol del verano. Todo lo contrario que mi novia, que es capaz de aguantar horas y horas con la adecuada protección y una mínima capa de AfterSun  a la noche. De esa incomodidad de los rayos de sol nace mi obsesión de la sombra. No puedo ir a la playa sin tener garantías de que la sombrilla es la adecuada y de que mi sitio está reservado bajo ella.

Cuando llego a la playa determino una adecuada ubicación, estudio la dirección del sol, su posición y su altura y coloco la toalla en su alineación correcta, pretendiendo las menores correcciones posibles. Si hay viento, observo con atención el ángulo adecuado con respecto a la arena y la resistencia del palo y las varillas.

Me unto de crema en abundancia, una vez que me he colocado, y no me privo de la comodidad de una silla. Mucho menos de una buena lectura. Cuando la vista se me cansa o, sencillamente, tras un chapuzón, me pongo a mirar esas escenas curiosas que la playa te ofrece: el matrimonio mayor que discute, los niños que no dejan descansar a sus padres y a sus vecinos, conversaciones de adolescentes absurdas, etc.

Es en esto cuando en este fin de semana me he fijado con atención en los innumerables accesorios de playa que existen, fruto más si cabe de una experiencia de usuario brutal e ingenio que de otra cosa. En empresariales, la experiencia de usuario es la interacción de las personas con el producto o servicio, cuyo resultado es la mejora continua del uso o disfrute del mismo. He observado, en este experimento visual, un mini-reposa-cabezas con toldo, lonas para sombrillas que evitan el viento, mesas desplegables con sillas y sombrillas con quita-vientos profesionales. Es curioso como, sobretodo nuestros mayores, tienen innumerables artefactos que hacen más fácil la estancia en la playa (como mesas enormes y grandes neveras, con cubiertos y hasta manteles), que los menos trabajosos jóvenes que sólo disponen de una mísera toalla y van al chiringuito a comer. Mención aparte merecen las familias con toldos tan grandes que debían necesitar un Permiso de Obra en la playa para su construcción.

Es en estos toldos donde el dominio de la sombra es total: siempre se protegen del sol. Esto es debido a sus dimensiones. Evidentemente el montaje debe ser complicado, además de que requiere de una buena ubicación, pero siempre están bajo el amparo de ese toldo enorme. Los miraba con envidia. Más aún cuando se aproximaba la tarde y el resto de mi expedición (mi novia y una pareja amiga), se cansaban del extenuante sol y luchaban por un hueco en la sombra ("mi" sombra), que cada vez estaba más cotizada.

También había sombrillas de dimensiones "extras", con varillas que sobrepasaban holgadamente el metro de longitud, y las tiendas de campaña en sustitución de ese paraguas de playa. Gente que, indudablemente, ha decidido hacer de su rato en la playa una estancia agradable y cómoda, basada sin duda en la experiencia de usuario de la que ya hemos hablado más que en el ingenio si cabe. Ese que sale a relucir cuando el sol te sobra y necesitas, como si de la vida te fuese en ello, una sombra en la que refugiarte.  

Del miedo a hablar en público

26 de julio de 2012



"Para enfrentarse al temor ha de convertirse en el temor.
Dígame señor Wayne, ¿de qué tiene miedo?"
Extracto de la película, Batman Begins (Christopher Nolan, 2005)

Cuando hablo con oradores iniciados siempre logro sacarles que lo que más les echa para atrás al hablar en público es el miedo.
El miedo es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, incluido por supuesto el ser humano. La máxima expresión del miedo es el terror. Está relacionado con la ansiedad, el desconocimiento y la incertidumbre.
Sigmund Freud estudió el miedo. En su "teoría del miedo", el psicoanalista más famoso de todos los tiempos, concluye que el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto. En el caso de Batman, murciélagos. En el caso de los oradores, al ridículo.
 El temor al ridículo es una experiencia frecuente en la vida de muchas personas. Frente a esta sensación nos quedamos paralizados, nos ruborizamos, tratamos de disimularlo y en ocasiones hasta hacemos cosas más ridículas para evitarlo. El temor a que los demás nos juzguen mal, se burlen de nosotros o nos tomen por tontos, no sólo resulta infundado, ya que la mayoría de las veces sólo está en nuestra mente, sino que además puede limitar seriamente nuestra existencia y paralizar lo mejor de nosotros: lo que surge naturalmente de nuestro interior.
Esta actitud infantil sólo perjudica. Quien teme al ridículo o a quedar mal ante los ojos ajenos y por ello renuncia a menudo a ser fiel a sí mismo y a las iniciativas que le vienen a la mente o surgen del corazón, suele observar con amargura cómo muchas de las ideas, palabras o acciones que se abstiene de exponer a los demás, son manifestadas por otras personas generando el beneplácito de quienes los escuchan. ¿Quiere quitarse el miedo a hablar en público? Pues hable en público. Siempre pregunto: ¿Cómo se quita el miedo a las montañas rusas? "Subiéndose en ellas", me responden todos. Pues es lo mismo. Sea voluntario, levante la mano cuando haya que hacer ejercicios, afronte su temor y sea usted mismo. Al principio lo hará mal, se verá ridículo y pensará: "¿cómo he podido hacer esto?".
Una vez quedé con mis amigos para echarnos unas risas viendo nuestros vídeos de comunión en cintas VHS. Imagine nuestras reacciones al vernos en la pantalla. Ahora sigo viéndome, y aún tengo cosas que mejorar. Pero conseguí lo que por aquel entonces ni se me pasaba por la cabeza: afrontar mi miedo.
¿Se atreve?

De mi pequeño retorno al baloncesto

05 de julio de 2012



Que conste que fui empujado a jugar. Que mi amigo Jorge me mandó un "whatsapp" y me dijo "me debes 5€", que era la ficha de inscripción del torneo. Así que en eso estoy, inscrito en el torneo de baloncesto del oratorio de aquí del pueblo, tras 9 años de sequía baloncestística en mis manos.

Mi madre, que me veía algo triste, me empujó a inscribirme. Confieso que no me apetecía mucho. De hecho, no tenía ni zapatillas para jugar. Tuve que comprarme unas. Y he de confesarles que estoy en el peor momento de forma física de mi carrera. Juego en un equipo de veteranos, y es ésa cualidad, la veteranía, nuestra mayor baza ante equipos más jóvenes y mejor preparados físicamente. No corro los contraataques como antes, pero sé dónde colocarme en cada ocasión. No defiendo como antes, pero me puedo anticipar mejor a las jugadas. No ocasiono mucho peligro, pero leo mejor los ataques. Ahora arriesgo menos, pero sé más.

Antes, hace 9 años, tenía que irme andando. Ahora, cada uno tiene su coche. Antes no cogía frío al terminar de sudar, ahora es lo que más me preocupa para no resfriarme. Antes charlábamos sobre el nuevo juego en N64. Ahora nos interesa más el paro y el rescate de Bankia. Al igual que antes, nuestra mayor preocupación era aprobar el examen de matemáticas, ahora es la búsqueda de un nuevo empleo.

Y así, y porque las cosas cambian, porque ya no tengo la forma física de antes, y porque hay viejos amigos viejos con los que encontrarme, por eso me he apuntado.

De por qué no voy a ver "Intocable" al cine

13 de junio de 2012




Creerá usted verdaderamente, que el hombre puede volar”.
 
Campaña de publicidad de la película Superman (1978)
 
Después de una insistencia en ocasiones inescrutable, de amigos recomendándome la película; y tras explicarles el por qué pausadamente, quiero recoger aquí mi posición oficial de por qué no voy nunca a ver al cine películas como “Intocable”.
 
En primer lugar, he de decir que “Intocable” debe ser un buen filme, no lo dudo. Es una de esas obras que merece la pena visionar. Que algún día me tocará ver. Me la han recomendado varias veces y quiero verla. ¿Es cuestión de dinero entonces? En parte, pero no exclusivo.
 
He de decir al lector que no me conoce, que no soy cinéfilo. No soy un enfermo del cine que ve dos o tres pelis por día. No, no lo soy. Pero lo que sí soy es una persona que ha bebido del cine clásico y de las películas setenteras y ochenteras que marcaron época, condicionaron mi adolescencia, y asentaron las bases de muchos géneros. Entre ellos: aventuras, ciencia-ficción, intriga y fantasía. En otras palabras, que tengo cultura cinematográfica. Que he visto (varias veces por cierto), Ciudadano Kane, Casablanca, Con la muerte en los talones, Lo que el viento se llevó, Psicosis, Érase una vez en América, La ventana indiscreta, El bueno, el feo y el malo, Por un puñado de dólares, La venganza de los Siete Samuráis, Metrópolis, Tron, Blade Runner, Superman, Kramer contra Kramer, Pulp Fiction, Días de vino y rosas, Love Story, la trilogía de El Padrino, la trilogía Indiana Jones (la cuarta no existe), Alien, Tiburón, TODAS las de James Bond,  Los Goonies, Encuentros en la tercera fase, E.T. el extraterrestre, 2001: Una odisea en el espacio, La naranja mecánica, Drácula, La vida de Brian, Fuga de Alcatraz, Annie Hall, y por supuesto la insuperable e indiscutible saga de Star Wars. Y probablemente, trescientas películas más. No, no exagero. Incluyan también las imprescindibles de las dos últimas décadas (pocas, pero algunas hay).
 
Considero que no haberlas visto es un factor muy negativo para que usted y yo podamos tener una conversación. Una conversación decente, quiero decir. Profunda. Al igual que tampoco podríamos tener esa conversación profunda si usted no ha leído ciertos libros. O peor, haya leído pocos. Porque es cultura en estado puro, al igual que es admirar una escultura, un buen diseño arquitectónico, una pieza musical o una fotografía. Y no tener cultura, y no querer tener mayor cultura es un síntoma grave. Del por qué ciertas películas su visionado es obligatorio es otro tema, del que también tengo mis razones, claro. Pero las dejaré para otra entrada.
 
En esta entrada tengo que decirle que no voy a ver Intocable al cine, no porque no sea mala, sino porque no merece la pena gastarse el dinero de la entrada para una película que no aprovecha las condiciones visuales y auditivas que experimenta el cine. En ese tipo de películas, las imágenes no sorprende verlas tanto en la gran pantalla, como verlas en la tele de tu cuarto. Lo que transmite es prácticamente igual. En ese tipo de películas, el sonido (que se reduce a diálogos en muchos casos), dan lo mismo (o la diferencia se aprecia muy poco), oírlos en Dolby Digital Surround EX 10.1 Experience, que en el estéreo de la tele de tu salón. En este tipo de películas, la sensación de genialidad fílmica y originalidad da lo mismo sentirla en la butaca que en el sofá de tu salita. Por eso no merece la pena verlas en el cine. Por eso no voy a ver pelis como “Intocable” (a pesar de reconocer que debe de ser una buena película), y sí voy a ver “Los Vengadores”, “Misión Imposible 4” o incluso la deficitaria “Men in black 3”.
 
Porque visualmente merece la pena, y porque auditivamente también. Aunque cinematográficamente lo sea menos, pero las puedo disfrutar igualmente -o de manera muy parecida-. en el sofá de mi casa.
 
Así que amigos míos, y sobre todo novia mía, sigan absteniéndose de invitarme al cine, -otra cosa es que me inviten a la entrada-, porque, agradeciéndoselo mucho, no voy a querer ir.
Saludos.

Cumplimos 6 años

01 de junio de 2012



La semana pasada este blog cumplió 6 años. A pesar de que en la parte derecha sólo hay entradas a partir de mayo de 2008, éste estaba alojado antes en My Space, cuando decidí cambiarlo. Podéis comprobar que además en mayo hay 24 entradas, que son las que estuve escribiendo en la época 2006-08 y que fueran traspasadas a ese mes.

Y como ha pasado ya tanto desde que mi madre me animara a escribir, aún sigo aquí, y espero que para muchos años. Porque no sólo la situación y mis ganas de expresar la opinión son los que me animan a seguir escribiendo, sino a ti..

A ti, querido lector, tengo que darte las gracias por tan honorable acción. Leerme a veces es tedioso, complejo y hasta aburrido. Pero intento mejorar gradualmente y que os guste o, quién sabe, que os haga pensar.

Así que como espero seguir muchos años más, te animo a que sigas comentando y leyéndome, abierto siempre a mejoras, críticas y sugerencias.

Siempre pensé que sólo hacen falta dos cosas para escribir: tener algo que contar y querer contarlo. Y mientras tenga ambas cosas, seguiré haciéndolo. Más aún cuando la situación se preste a ello. En mayor o menor medida, es participar y, siempre lo he dicho, es crear cultura. Mala o buena, pero cultura.

No me alargo más. Gracias. Gracias a todos, porque todos vosotros sois los que habéis conseguido que este blog haya crecido (y envejecido) tanto como hasta ahora.

Seis años. Pero espero que muchos más. Hasta la próxima.  

Una entrada a un artista

24 de mayo de 2012



«¿Los videojuegos son malos para ti? Lo mismo dijeron sobre el Rock 'N' Roll»
Shigeru Miyamoto

Hago entradas de política, de debate y de economía. Opino de ellas y trato de comentar lo más novedoso. La entrada de hoy no va de nada de eso. La entrada de hoy está dedicada a una persona que me ha hecho pasar muy buenos ratos, y que ha recibido hace dos días el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Esta entrada es para el mayor genio de la industria de los videojuegos: Shigeru Miyamoto.
"Me siento muy honrado al conocer la noticia de que he sido elegido para recibir el premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades", declaró el diseñador de Nintendo tras conocer la resolución del jurado. Poco se podían imaginar los vecinos de aquel pueblo de Kioto que, ese niño que jugaba en aquel parque con escudos y espadas de madera podía convertir sus aventuras de niño en el campo de Hyrule y trasladarnos a todos a la piel de Link.
Y es que existen personas que han nacido con una labor importante y especial para concederlas al mundo. La de Shigeru Miyamoto es, probablemente, la de entretener. Aunque la labor profesional de Miyamoto destaca por la creación del icónico Super Mario, personaje clave en la historia del videojuego y en Nintendo, con Link y Zelda, criaturas también salidas de la mente del japonés, se consagró en el género de la aventura.
Pero no sólo de ellos vivió este genio, padre de Donkey Kong, Super Mario Kart y Metroid M entre otros; aproximadamente dos generaciones han jugado alguna vez a alguna de sus creaciones. Estoy hablando de 1.000 millones de personas. La revista TIME lo consideró hasta en dos ocasiones (2007 y 2008) entre las cien personas más influyentes del mundo. También ocupa la posición de miembro honorífico de la Academy of Interactive Arts and Sciences (AIAS).
De pequeño jugué con mi hermano en la NES a Super Mario Bros, en la que ni recuerdo las horas seguidas que nos tirábamos delante de la pantalla (no se podía guardar el avance del juego, te lo tenías que pasar del tirón). De adolescente, descubrí lo que es la competencia entre amigos gracias a Mario Kart de Nintendo 64. Pero sobre todo, descubrí el mundo de Hyrule gracias a Zelda: Ocarina of Time. Considerado por la mayoría como el mejor videojuego de la historia, las aventuras de Link a lomos de su yegua Epona conquistaron a jóvenes y adultos de todos los continentes. Trasladar las aventuras del pequeño Miyamoto-San cuando jugaba en aquel parque de Kioto, fue la mayor experiencia digital que he sentido. Mi batalla con Ganondorf (el despiadado jefe final), que siempre recuerdo con mi amigo Jorge López, la recordaré siempre. Miyamoto es el culpable de eso.  Al igual que las batallas de naves de Star-Fox o la complicidad de los juegos de Wii. De trasladar emoción, aventura, espectáculo y entretenimiento a todo el mundo: de eso es culpable.
"Probablemente mi fin sea divertir a la gente", llegó a decir en una feria de videojuegos en Los Ángeles.
En estos últimos años, Miyamoto ha sido clave en la transformación de Nintendo gracias a la apertura hacia nuevos públicos con Wii y Nintendo 3DS, plataformas para las que ha ideado títulos masivos como Nintendogs, Wii Fit y Wii Music.
Este proceso de expansión no ha mermado la capacidad del creativo (que eso es, ante todo, este genio), de producir juegos hardcore, pues se ha implicado en la producción de títulos como Super Mario Galaxy y The Legend of Zelda Skyward Sword.
Por su influencia en la cultura de masas creando iconos que han traspasado las barreras de la industria del videojuego, Miyamoto-san ha recibido otros reconocimientos como el de Chevalier de la French Ordre des Arts et des Lettres en 2006. El padre de Super Mario recuerda que este "ilustre premio" representa no sólo su trabajo, sino el de sus "amigos y compañeros" con los que ha trabajado a lo largo de toda su carrera.
"En el futuro, continuaré esforzándome para que los videojuegos sean capaces de ofrecer de manera continuada diversión y alegría a personas de todas las generaciones y en todo el mundo", añadió el artista nipón de 60 años. Hoy la industria ya puede mirar con orgullo al resto del mundo de otra manera. Porque lo conseguido por Miyamoto probablemente no lo ha conseguido nadie, y es su empeño para que la gente viva aventuras (aventuras de verdad), las que han transformado los videojuegos y los  ha elevado a cultura viva. Y por todo ello es por lo que este señor vino a la Tierra.
Gracias de corazón, Shigeru.
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