martes, 2 de abril de 2013

RENTAS per CÁPITA, COSECHAS Y VUELTA AL MISMO TEMA DE SIEMPRE


14 de diciembre de 2011


El sistema de gobierno que mantuvieron los reyes españoles de la Casa de Austria durante el siglo XVII, es el absolutismo. La tarea de decidir personalmente sobre todos los asuntos sin intervención de los súbditos era tan abrumadora que los monarcas del siglo XVII, (Felipe III, Felipe IV y Carlos II), delegaron el poder en validos o privados. El valido era un gobernante por delegación real que se interponía entre el monarca y las diversas instituciones, llegando en muchas ocasiones a tomar las decisiones por la incapacidad manifiesta de los soberanos españoles. De esta época se dice, comienza la decadencia política y económica española que, para muchos, no termina hasta casi terminar el s.XX.

Ayer se publicaron los nuevos datos de renta per cápita en Eurostat. El primer lugar del ránking vuelve a ser, y esto no es sorpresa, Luxemburgo. Le siguen Holanda y todos los países nórdicos.  La renta per capita de los españoles se ha seguido degradando en 2010 en comparación consigo misma, pero también, y esto es aún más preocupante, respecto de la media europea. Lo curioso es que estamos tres puntos por debajo de Reino Unido y a muy escasa diferencia de Francia.

Nos hemos situado ocho puntos por debajo de la media de los 17 países de la eurozona y exactamente en el promedio de los 27 de la UE. Al inicio de la crisis, en 2007, la riqueza per capita había convergido al alza, al situarse en el 105% y aún mantuvo el año siguiente un resultado superior al promedio, el 103%. Solo Grecia e Italia han exhibido peor recorrido. Por un lado, los países más prósperos (los nórdicos como he dicho) resisten mejor. Por otro, los recién llegados del Este han aprovechado bien las ayudas europeas y los incentivos a su modernización.

Sepan ustedes que sólo los economistas demagogos y periodistas de pacotilla no relacionan estos datos con un buen indicador del distribuidor de la renta. No tiene sentido sacar conclusiones sólo con una ratio que divide el PIB de un país entre su número de habitantes. Es demasiado simplista. Vuelvan a pensar en el caso de Luxemburgo o el de Qatar, tercero en 2008.

Probablemente las explicaciones del específico retraso de la economía española son evidentes y nos lo sabemos todos: la enorme tasa diferencial de paro y la brutal contracción del sector de la construcción, otrora motor del crecimiento. Lo peor es que todos los organismos serios de economía (los pocos que hay), afirman que la destrucción de empleo continuará en 2012 y que la tasa de paro superará el 22%.
La virtualidad de estos sombríos datos estriba en enmarcar el escenario sobre el que debe actuar la política económica del próximo Gobierno. Al igual que el Ejecutivo cesante, se enfrentará a una compleja cuadratura del círculo, debiendo al mismo tiempo sanear las finanzas públicas -para lo que resulta indispensable reducir el déficit- y relanzar el crecimiento. Para ello conviene aumentar el gasto productivo y la inversión pública. Si es cierto que ambas recetas son contradictorias entre sí, también lo es que algunos Gobiernos temen ceder su asiento por no ser valientes en tomar las medidas adecuadas.
En otro cambio de tercio, ayer vi el programa de Jordi Évole en youtube "Cosechando subvenciones", en una clara polémica del líder de CiU sobre ciertos jornaleros andaluces. A mi respecto y, considerando que no quiero estropear el visionado de aquel que no ha sido su espectador, aconsejo humildemente a la Junta de Andalucía tres cosas:
            -En primer lugar es urgente solucionar los problemas en la calidad y asignación de capital humano. Me explico: es imposible conseguir modificar un modelo en el que el abandono temprano del sistema educativo alcanza al 37,5% en Andalucía (44,2% en varones), frente a un 14,4% de UE-27. Si los incentivos de un modelo productivo basado en la construcción favorecieron el abandono escolar, hay que intervenir en esos incentivos perversos. Educación. La de veces que lo repetiré...
            -En segundo lugar, es necesario asegurar una mejor distribución de la renta de manera que los frutos de la inversión en capital humano recaigan sobre el mismo capital humano, generando los incentivos justos para una retroalimentación de este proceso. Vamos, vigilar las subvenciones a la tierra agraria. Igualdad.
            -Por último, se debe consolidar un modelo productivo medioambientalmente sostenible, que se fundamente en fuentes de energía renovables y que sea capaz de generar producción reciclable. Investigación.
Aunque estos desafíos parecen complejos y difíciles de alcanzar, lo cierto es que la economía andaluza, al igual que la mundial, han agotado sus opciones de elección y sólo les queda, en distinto grado, comenzar a construir un modelo de largo plazo. La historia se repite: quién más tarde comience, más retraso cargará consigo en la historia de la economía y del mundo. Algo que ya nos ocurrió hace cuatro siglos.

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