martes, 2 de abril de 2013

Una entrada a un artista

24 de mayo de 2012



«¿Los videojuegos son malos para ti? Lo mismo dijeron sobre el Rock 'N' Roll»
Shigeru Miyamoto

Hago entradas de política, de debate y de economía. Opino de ellas y trato de comentar lo más novedoso. La entrada de hoy no va de nada de eso. La entrada de hoy está dedicada a una persona que me ha hecho pasar muy buenos ratos, y que ha recibido hace dos días el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. Esta entrada es para el mayor genio de la industria de los videojuegos: Shigeru Miyamoto.
"Me siento muy honrado al conocer la noticia de que he sido elegido para recibir el premio Príncipe de Asturias de la Comunicación y Humanidades", declaró el diseñador de Nintendo tras conocer la resolución del jurado. Poco se podían imaginar los vecinos de aquel pueblo de Kioto que, ese niño que jugaba en aquel parque con escudos y espadas de madera podía convertir sus aventuras de niño en el campo de Hyrule y trasladarnos a todos a la piel de Link.
Y es que existen personas que han nacido con una labor importante y especial para concederlas al mundo. La de Shigeru Miyamoto es, probablemente, la de entretener. Aunque la labor profesional de Miyamoto destaca por la creación del icónico Super Mario, personaje clave en la historia del videojuego y en Nintendo, con Link y Zelda, criaturas también salidas de la mente del japonés, se consagró en el género de la aventura.
Pero no sólo de ellos vivió este genio, padre de Donkey Kong, Super Mario Kart y Metroid M entre otros; aproximadamente dos generaciones han jugado alguna vez a alguna de sus creaciones. Estoy hablando de 1.000 millones de personas. La revista TIME lo consideró hasta en dos ocasiones (2007 y 2008) entre las cien personas más influyentes del mundo. También ocupa la posición de miembro honorífico de la Academy of Interactive Arts and Sciences (AIAS).
De pequeño jugué con mi hermano en la NES a Super Mario Bros, en la que ni recuerdo las horas seguidas que nos tirábamos delante de la pantalla (no se podía guardar el avance del juego, te lo tenías que pasar del tirón). De adolescente, descubrí lo que es la competencia entre amigos gracias a Mario Kart de Nintendo 64. Pero sobre todo, descubrí el mundo de Hyrule gracias a Zelda: Ocarina of Time. Considerado por la mayoría como el mejor videojuego de la historia, las aventuras de Link a lomos de su yegua Epona conquistaron a jóvenes y adultos de todos los continentes. Trasladar las aventuras del pequeño Miyamoto-San cuando jugaba en aquel parque de Kioto, fue la mayor experiencia digital que he sentido. Mi batalla con Ganondorf (el despiadado jefe final), que siempre recuerdo con mi amigo Jorge López, la recordaré siempre. Miyamoto es el culpable de eso.  Al igual que las batallas de naves de Star-Fox o la complicidad de los juegos de Wii. De trasladar emoción, aventura, espectáculo y entretenimiento a todo el mundo: de eso es culpable.
"Probablemente mi fin sea divertir a la gente", llegó a decir en una feria de videojuegos en Los Ángeles.
En estos últimos años, Miyamoto ha sido clave en la transformación de Nintendo gracias a la apertura hacia nuevos públicos con Wii y Nintendo 3DS, plataformas para las que ha ideado títulos masivos como Nintendogs, Wii Fit y Wii Music.
Este proceso de expansión no ha mermado la capacidad del creativo (que eso es, ante todo, este genio), de producir juegos hardcore, pues se ha implicado en la producción de títulos como Super Mario Galaxy y The Legend of Zelda Skyward Sword.
Por su influencia en la cultura de masas creando iconos que han traspasado las barreras de la industria del videojuego, Miyamoto-san ha recibido otros reconocimientos como el de Chevalier de la French Ordre des Arts et des Lettres en 2006. El padre de Super Mario recuerda que este "ilustre premio" representa no sólo su trabajo, sino el de sus "amigos y compañeros" con los que ha trabajado a lo largo de toda su carrera.
"En el futuro, continuaré esforzándome para que los videojuegos sean capaces de ofrecer de manera continuada diversión y alegría a personas de todas las generaciones y en todo el mundo", añadió el artista nipón de 60 años. Hoy la industria ya puede mirar con orgullo al resto del mundo de otra manera. Porque lo conseguido por Miyamoto probablemente no lo ha conseguido nadie, y es su empeño para que la gente viva aventuras (aventuras de verdad), las que han transformado los videojuegos y los  ha elevado a cultura viva. Y por todo ello es por lo que este señor vino a la Tierra.
Gracias de corazón, Shigeru.
Shigeru Miyamoto GDC 2007.jpg

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