Una semana en Nueva York

22 de julio de 2011

Gracias a la victoria en el Torneo del Cincuentenario de Comillas estoy, como sabéis, 21 días en Nueva York con la beca Inside. Quisiera aprovechar este rato libre en la residencia para contaros mi primera semana en esta maravillosa ciudad.

Nueva York es increíble. Es la City. Es la capital del mundo sin lugar a dudas. Aquí hay de todo a todas horas, y todo lo puedes encontrar. En verdad es la ciudad que nunca duerme.

Al llegar al JFK, un costarricense nos llevó hasta la residencia Lincoln College, que es donde dormimos. Los coches son súper grandes. De hecho, en nuestro segundo día nos sorprendió ver un Lincoln Continental mastodóntico con llantas plateadas adornadas con diamantes. Abundan los Acura, Toyota, Ford y los Lincoln, y algún que otro Cadillac. Tan grandes son que el único día que vimos un Smart nos hicimos una foto con él.

Por las mañanas y media tarde es para el curso, es para trabajar. Hemos visitado Naciones Unidas, Unicef, la embajada comercial, el ICEX, Garrigues, Bancos de inversiones y empresas financieras. En una de estas ultimas nos recibió el típico tiburón de wall street que está forradísimo y que ansía más dinero. No tenía tapujo ninguno en contárnoslo. Es una ciudad con 8,5 millones de personas, cada una a su bola. Los turistas pasarían desapercibidos si no fuera porque siempre les acompaña una cámara de fotos. Y es que New York es muy fotografiable. Hay miles de escenas curiosas, miles de edificios preciosos, mil calles bien diseñadas y bellas y miles de instituciones y empresas dignas de mencionar.

La comida es cara, la verdad. Echo de menos la cuchara, y todo es bastante grasiento. A ver, también hay comida "normal", pero es más cara, y aquí la propina es obligatoria. Hemos visto restaurantes chinos, coreanos, bolivianos, brasileños, puertorriqueños, cubanos, franceses, vietnamitas, italianos, españoles y hasta zimbaweños.Todo existe en New York. Los zumos, sodas y refrescos son otra cosa. Son, aunque caros, muy diversos y existe una oferta abrumadora.

Una de las cosas que más me sorpredió fue Times Square. Ya sabéis, la plaza con miles de pantallas luminosas y publicidad por todos lados. Es la maldita plaza del capitalismo. La más decadente en lo que a humanidad se refiere. No exagero. Es para flipar, desde luego. Igual que cuando vimos la noria que había DENTRO de la tienda Toys "r" us. Todo es a lo bestia aquí. Y eso solo en Manhattan. Luego el resto de distritos (Staten Island y Brooklyn son los que hemos visto, Queens y el Bronx lo dejamos para más tarde), son más tranquilos y menos acaudalados. El parque Dumbo de Brooklyn, cerca del puente, ofrece unas vistas maravillosas de Manhattan. La playa de Coney Island no tiene nada que envidiarle a la de Chipiona, paseo marítimo incluído. Todo es súper-diverso, todo es multicultural, todo es grande.

La seguridad está por todos lados. Nos llama la atención ver carteles en muchos puntos de la ciudad que dice así: "If you see something, say something" (si ves algo, di algo); y se refiere a que si ves a alguien sospechoso o algún acto delictivo, chívate a la policia que ahí seguro cerca de donde estás para detener a quien sea. Así funcionan. Nos contaron que los robos están muy castigados en EEUU, y que las penas son rápidas y severas. Por eso la seguridad es tan grande.

El español está muy presente, pero la gente pregunta en inglés hasta que te descubren el acento hispano. Las gentes son, por lo general, amables, pero se refugian mucho en sus iPhone (que todo el mundo lleva uno); y caminan muy rápido. Igual que el metro, que está bastante descuidado por cierto. Visten como les da la gana, pero en el distrito financiero abundan las corbatas.

Una ciudad a la que hay que venir, sin duda. Todo es increíble: desde el Soho, hasta Wall Street. Desde Harlem hasta Little Italy. Desde el Noho hasta Coney Island, todo merece la pena.

La semana que viene os contaré más, mientras tanto disfrutad del veranito en España.

Kisses from USA!