martes, 2 de abril de 2013

La destrucción de la realidad: noticias de oferta y demanda


02 de abril de 2011


No es la primera vez que hablo mal de ciertos medios periodísticos, pero es que me indigno cada vez que encuentro algún dato nuevo que me otorque la razón.

En primer lugar, quisiera hablar de la "imagen" que los medios de comunicación difunden sobre un determinado tema, que no es otra cosa que hablar de la "propuesta de realidad" que determinados agentes sociales ofrecen a los ciudadanos a través de dichos medios.
Esta afirmación nace de un determinado punto de vista sobre el proceso comunicativo y sobre los medios de comunicación. Un criterio puramente "idealista" entendería la información como un "reflejo de la realidad", creyendo en un mundo constituido por hechos objetivos, que se manifiestan a través de los medios tal y como son. Frente a ello, ocurre que la información no cuenta "lo que pasa", sino que propone una "interpretación de lo que pasa", lo cual se sesga ante el bestial cuerpo de creencias, presupuestos ideológicos y opiniones de los grupos emisores. Esto conlleva que la información sea "constructora de una realidad" cierta o no, que privilegia a determinados personajes, temas o acontecimientos.

También hay que tener en cuenta la peculiaridad que presentan estos mecanismos de "construcción de la realidad" en una sociedad donde el sistema de producción y distribución de mensajes informativos es el libre mercadoLas noticias que vendan y atraigan. Punto. Hay que valorar tanto el impacto de los factores de demanda, como el de los de oferta, Y, en conjunto, la importancia de la estrategia informativa: ¿qué oferta de realidad desean que se difunda a través de los medios de comunicación los distintos agentes sociales? Pues esos son los que nos dan, primando unos sucesos por otros.

¿Sabíais que se ha dedicado más tiempo y espacio al asesinato de Mari Luz que al terremoto de Haití? ¿Que en Google las noticias sobre la niña de cinco años asesinada en Huelva en 2008 quintuplican a las relacionadas con el genocidio de Darfur? Nos afecta más una muerte cercana que 10.000 lejanas. ¿Cómo prestamos tan poca atención a las tragedias que asuelan actualmente África y Oriente? Por ejemplo, en el seísmo de Haití donde fallecieron 316.000 personas, 350.000 heridos y 1.5 millones de personas sin hogar; hubo seguro entre las víctimas miles de niñas pequeñas, pero ninguna ha tenido rostro y padres, a diferencia de la pequeña Mari Luz. Cuando los números son enormes, la gente tiende a ver su posible esfuerzo como una gota en el océano y opta por la apatía.

Será entonces que no son los periodistas, si no nosotros.

"La muerte de un hombre es una tragedia. La de millones es sólo estadística".
Stalin.

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