TORNEO PASARELA 2008

22 de noviembre de 2008

Acabo de llegar de la segunda edición de este torneo de debate que se celebra en Madrid, y que viene a sustituir a la LNDU que se venía presentando en años anteriores. Y lo he hecho, cómo no, representando a mi universidad y, como viene siendo costumbre, con un excelente grupo de personas.

Es precisamente a ese grupo de personas,a esas tres personas que han llevado en el pecho el cartelito “venimos de ETEA” junto a mí, a las que debería centrarse esta breve carta de agradecimiento. A Susana Velasco, o una de las chicas más maravillosas que existen. Ella me ha ofrecido mucho más de lo que ella misma cree, pues en su valía, en la ínfima valía explotada que posee y en toda la que, por suerte para nosotros, le queda por ofrecer, se esconde una chica que ambiciona comerse el mundo (y que no sé dóndelo echa). Una caja de bombones, la cual no sabes qué sorpresa esperar. Claro que eres diferente, Susana. ¡Bendita diferencia pues! Piensa diferente entonces. No seas tu misma, sé la mejor versión de ti misma. Créetelo y lo conseguirás. Adelante.

A Sebastián Rodríguez, o la prueba latente de sacarle partido a todo lo que te gusta hacer. Compañero, me has acompañado en la inmensa mayoría de mis viajes debatiles, eres la excepción de muchos de los que discrepan de tu generación, un ejemplo de multidisciplinariedad  y la viva imagen de lo que significa la amistad. ¿Cuántas veces has aparecido ya por este blog? Haríamos mil torneos más y aún encontraría palabras de mi escaso vocabulario para alabarte. Adelante.

Y cómo no, a Teresa Montero, por creer en nosotros de la manera en que lo ha hecho. Por hacer de capitana, de maestra, de experta, de entrenadora, de sicóloga, de personal branding, de sicopedagoga, de relaciones públicas, de estandarte, de evaluadora, de representante,  de mentora, de nutricionista, de estratega, etc. Eres una persona increíble. Adelante.

Los tres me disteis mi recompensa, así que olvidad lo que puedan decirnos el resto.

Ha sido un torneo, cuando menos extraño, no ya sólo porque en mi opinión la calidad técnica de la pasada edición fue un poco superior a esta, si no que como muchos equipos ya han sufrido, no es un torneo de debate 100%, o al menos debemos hacernos a la idea de que un debate se gana o se pierde si convencemos o no al jurado. A nuestros potenciales “jefes”. Quizá aún no nos hayamos hecho a la idea de esto. Así que si quitamos el justificado enfado de ciertos equipos (entre los que debo incluirme) ante ciertas decisiones cuando menos curiosas, la injusta y sesgada entrega de los trofeos a mejor orador (Mikel, tú te mereces más que la medalla de bronce y todo el auditorio lo sabía), o las continuas diatribas con la organización del hotel (Kathy, Alberto, Carlos, Paco, Miguel, sabéis que no es culpa vuestra), nos quedamos con lo positivo de esto: hacemos lo que nos gusta, que no es otra cosa que debatir, y lo hacemos contra y con viejos y nuevos amigos. Porque creemos en todo lo que esta herramienta ofrece. Veros es ya un premio. A pesar de todo, es mi despedida, es lo que tiene encontrarse en el último año de carrera, es comenzar a comprender que ya no volverás a ver a ciertas personas a las que has observado tras un atril (o mejor, delante de él), es contemplar la espectacular evolución de muchos que no creyeron en sí mismos (como mi propia Suzzy, que se ha convertido a golpe de bolígrafo en la mejor conclusora que ha pasado por ETEA, pis pas); es vislumbrar un futuro prometedor ante una generación que ambiciona mucho; y es aceptar que va llegando la hora de dejar el relevo ante las grandes promesas que vienen detrás.

 Por todo ello, y una vez más, muchas gracias. Porque de nuevo ha vuelto a merecer la pena.