domingo, 31 de marzo de 2013

Indy, Goku, tuaregs y secuelas

02 de junio de 2008


Estimado Kiko:
Sabes que me interesé por el hecho de que algunos de tus compañeros se fueran al Sáhara. No me dijiste a qué. También te dije que se podría curiosear por el tema y que escribiría algo en mi blog, pero no he podido hacerlo, amigo. Lo admito, no encontré nada que pudiera atraer a la gente (si, es que ahora tengo que atraer a la gente al nuevo blog, ya sabes que ya no soy un Dark Ship). Sería un tema sosete, de esos que nuestro amigo Alfonso no termina de leer y no comenta nunca.
Podría decirte que, dependiendo de si se van al Sáhara Oriental o al Occidental, encontrarán formas políticas curiosas. El Occidental es más o menos civilizado, nosotros durante un siglo tuvimos un cachito, pero hicimos bien en quitárnoslo de en medio en 1976, ya que cuenta con escasísimos recursos naturales. El Oriental si tiene petróleo, pero eso se lo quedaron los ingleses. Hay un montón de Ong´s también. La gente que “pasea” por allí son pastores nómadas o pescadores de bajura o miembros de la Cruz Roja o algún aventurero loco (el ex-futbolista Luis Enrique por ejemplo, o Carlos Sainz). Si te adentras más, podrás encontrar fosfatos (el Sáhara es la zona más rica en esto, que por lo visto se usa en los detergentes que tenemos en casa), y animales rarísimos (un mito yanqui afirma que los rusos experimentaron con la piel de una topo que aguantaba temperaturas extremas). Incluso alguna que otra célula de Al-Yazeera. Y si todavía nos adentramos más, están los Tuaregs (si, si, los mismos del Volkswagen), un pueblo nómada que habita en zonas de puro desierto, en Argelia, Malí y Níger, que habla el tamahaq, una lengua berebere, y que posee su propia escritura, el tifinagh. En la antigüedad, los tuaregs controlaban las rutas transaharianas de caravanas, cobraban impuestos por las mercancías que ayudaban a transportar, y saqueaban a los pueblos vecinos. Pero ríete tu de los bandoleros europeos, éstos, por lo visto, no preguntaban a nadie. En tiempos más modernos, estas tropelías fueron borradas por los franceses que gobernaban Argelia (no quise saber cómo). Me enteré que la sociedad tuareg aún está constituida por nobles, vasallos y siervos. Las expediciones para capturar esclavos quedaron extinguidas hace muy poco (lo que lees, decían: “vamos a por un par de esclavos al pueblo de al lado, que le hacen falta a mi suegro”. E iban); sin embargo, los descendientes negros de los antiguos esclavos siguen realizando las tareas serviles (las viejas tradiciones nunca se pierden, ¿eh?). Ahora algunos se dedican a enseñar a montar a camello, del que son verdaderos expertos mundiales. Incluso leí por ahí que una de sus fiestas más populares inspiró la peli “Océanos de Fuego”.
Pero de verdad, no pensé que eso les gustara a los lectores electrónicos. Tío, creo que me he vuelto muy comercial.
Así que en lugar de eso, iba a escribir sobre otra cosa. Aún no lo he pensado, pero supongo que me pondré con la decepción que me llevé con la nueva de Indiana Jones, que eso si que fue comercial. De verdad, no sé que estaría pensando Spielberg para colocar extraterrestres, rusos sin puntería, hijos que dejan el colegio y bombas nucleares en la misma película. Puede que te esté hablando más de la cuenta si no la has visto, mil perdones. ¡Pero es que llevaban tres estupendas, y ahora con la cuarta se han maleado de una forma…!
Pasó lo mismo con la cuarta de Bola de Dragón, ¿te acuerdas? Dragon Ball GT, que al rapero Porta le encanta pero que cualquiera con un poco de orgullo saiyan reconoce que es bazofia.
Y ahora que lo pienso, ¡si es que tanta secuela no siempre puede ser buena! Se cargaron los Final Fantasy (tío, como el 7 ninguno), los Scary Movie, los American Pie, los Matrix, a los Simpsons, a Blade, a Michael Jordan, el Age of Empire, a James Bond, al Pentium, a Perdidos, a Los Serrano, a Dover, e incluso a Grease (que me enteré el otro día que hay una segunda parte, búscala en Google, ya verás). 
En fin, que ya veré lo que hago, a ver si entre examen y examen pienso algo. Tú cuídate mucho. Saluda a tu chica de mi parte. Un abrazo,
Alberto.

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