domingo, 31 de marzo de 2013

El mosquito del botellón


No, no se trata de una picadura nocturna. Se trata de un invento inglés para “espantar” a los jóvenes que hacen botellón. En Europa ya hay más de 3500 de estos aparatos. Veréis, a medida que nos hacemos más viejos, nuestra frecuencia de audición va disminuyendo, de tal manera que los bebés oyen mejor que los ancianos. Esta maquinita vale 700 €, se pone en la fachada de los edificios, es a prueba de golpes, emite un sonido sólo perceptible por jóvenes menores de 25 años (entre 16,5 y 17,5 Khz), y los mayores de 26 no lo pueden oír. De tal manera, que cuando llevas un rato soportándolo, acabas por irte. El sonido es muy parecido al del zumbido de un mosquito (así lo han bautizado) que, lejos de escandalizar, tras varios minutos es bastante molesto (podéis disfrutar de él en www.compoundsecurity.co.uk).
Para el ministro de Juventud del Sur de Bélgica es intolerable. Para mí también. Quién me iba a decir que apoyaría al ministro de Juventud del Sur de Bélgica. Es una forma de discriminación para todos nosotros. Si ciertos grupos dan problemas, llamen a la policía o hagan crecer el número de educadores sociales. Las ciudades pueden convertirse en pequeñas barreras para que niños de la mano de su padre o bebés empiecen a llorar y les impidan pasar por una zona en la que esté instalado el Mosquito. No discrimina en edad infantil. No diferencia entre un chaval que se porte bien de uno que no lo está haciendo. La asociación de jóvenes Triangle Rouge ha calificado la idea de instalar estos aparatitos de “fascista”. Es una tortura, pequeñita, pero tortura mental al fin y al cabo. Y una sociedad que tolera esto está enferma. Neurótica más bien, como dicen ellos. 
La Unión Europea debería pronunciarse al respecto. Creo haber leído que el PSE ya lo ha hecho. Unos defienden su pragmatismo, otros, como yo, la prohibición. Pero claro, yo no vivo en una zona de botellódromo y no lo veo igual. Hay que pensar en todos, y buscar nuevas soluciones. Hay que comprender a los que lo sufren (en silencio).
La solución del botellón es la educación. Educación. Ya sabéis lo que opino de la educación actual (leed las entradas de más abajo). Limpiemos lo que hayamos ensuciado, recojamos lo que hayamos tirado. Yo el primero. ¿Difícil?

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