domingo, 31 de marzo de 2013

¡Campeones!

30 de junio de 2008


Campeones. Campeones de Europa. La selección española de fútbol ha roto todos los mitos en un torneo casi perfecto: lo de que no pasamos de cuartos, lo de que no les ganamos a los italianos, lo de que no cumplimos en los partidos importantes, lo de que somos bajitos y no podemos contra gigantes, lo de que nunca ganamos nada. Trabajo dicen unos. Magia, otros. Ayer es ya un día histórico, y el gol de Fernando Torres (no podía ser otro), periodísticamente elevado a la categoría de mito. Porque podíamos (jugada redonda de Cuatro),¡claro que podíamos!
Esta pequeña entrada al blog va dedicada a ellos: a Casillas, a Reina, a Palop, a Ramos, a Arbeloa, a Marchena, a Puyol, a Juanito, a Albiol, a Capdevila, a Navarro, a Iniesta, a Senna, a De la Red, a Xabi Alonso, a Xavi Hernández, a Cazorla, a Silva, a Torres, a Cesc, a Güiza y al europichichi Villa. Y no nos olvidemos de Luis. Ese señor que evita hasta el abrazo de Ufarte, que huye de protagonismos, que se le ha discutido hasta su forma de ser. ¿Dónde queda ahora la polémica de Raúl? ¿Dónde dejamos la crítica a los sistemas? ¿Qué dice la mala y opresiva prensa madrileña ahora?  
Ya es nuestra, y sin complejos podemos decir que nos la merecemos. Invictos hasta el final, arrollamos a una Rusia, Suecia, Grecia, Italia y Alemania sin que no pudiera observarse que domináramos el partido. Con un despliegue de fútbol que ha maravillado al continente. Con un juego que ahora mismo no tiene rival a nivel de selecciones. Gracias por habernos hecho vibrar.
Pero la magia no acaba ahí. La pasión del fútbol ha hecho que 46 millones de personas se olviden de crisis, huelgas, desaceleraciones, terrorismo y homenajes a los caídos. Eso es la magia del fútbol. Todo un país gozando por once jugadores con un balón en los pies, con miles de gargantas arropándolos, con cánticos, sirenas, baños, bufandas, abrazos, camisetas y hasta hologramas. Desde Pozoblanco hasta Fuentealbilla. Desde Cáceres, hasta San Sebastián. Desde Logroño hasta Murcia. Desde Pontevedra hasta Almería. Desde Viena hasta Madrid. Cuarenta y seis millones de personas que eran del mismo equipo, que compartían la misma ilusión, que dejaron atras complejos y tópicos (impresionante las Ramblas en Barcelona, magnífico porcentaje de audiencia en el País Vasco). Y cuarenta y cuatro años después, Iker levantaba la Copa de Europa de Naciones. Frústrate lo que quieras, Platini. Somos campeones, y nadie nos podrá quitar esa ilusión de aquel momento en muchos años.
Nuestro himno no tendrá letra, pero estamos escribiendo la historia de nuestro deporte con letras de oro (BA-LON-CES-TO, Balonmano, Fórmula 1, golf, tenis, etc.). Si el pasado fue negro, lo hemos teñido de rojo. Enhorabuena a ellos, enhorabuena a todos, porque ha merecido la pena. Ahora a por el Campeonato del Mundo.La foto

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