domingo, 31 de marzo de 2013

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22 febrero

Dos interesantes escritos he leído en esta última semana: uno es una noticia aparecida en el periódico y el otro un artículo de investigación de una revista. En la noticia se anunciaba la retirada de Toshiba del mercado del HD-DVD.  El artículo discurría sobre el futuro del cine. ¿Y qué nos quieres contar con eso, Alberto?
Veréis, Toshiba tenía la patente del HD-DVD (para los que no estáis muy puestos/as, un disco con 8 veces más capacidad y mejor calidad que un DVD normal) y sólo ella podía fabricarlo. Eso era en 2003. En ese año, la mayoría de las compañías habían dado todo su apoyo al nuevo formato, pues les ofrecía numerosas ventajas. Toshiba se frotaba las manos. Mira tú por donde, al año siguiente, SONY anunciaba que ha inventado un formato de disco que puede competir sin problemas  con el HD-DVD de Toshiba: el Blue-Ray. Desde ese año hasta aquí, la competencia ha sido durísima entre ambos, y Sony tuvo que recuperar terreno perdido. ¿Cómo lo consiguió? En primer lugar, lo incorporó a su PlayStation 3. Algo súper-inteligente, ya que los jugones de Play y Play 2 y el resto de los que se enamoraran de la tercera generación de la consola más vendida del mercado adquirirían by the face un reproductor Blue-Ray, con lo que ya difícilmente te gastarías más pasta en un reproductor HD-DVD.
Sony, propietaria de distribuidoras y productoras como Sony Pictures y Columbia Tristar, sacaría sus películas únicamente en formato Blue-Ray (lógico, no lo iba a sacar en el otro para que el consumidor pudiera elegir), y además llegó gradualmente a acuerdos con productoras como la Warner Brothers, Filmax, New Line Cinema, Jerry Bruckheimer, etc. Para sacar la película en formato Blue-Ray únicamente. Toshiba, que había decidido mantener el monopolio de construcción, cedió y rebajó el precio de su patente para que lo pudieran fabricar otros. Demasiado tarde. Sony (casi) regaló los kits de programación a los comerciantes, y su patente se vendía muy bien a un precio razonable, de manera que todos los fabricantes de reproductores pudieran sumarse al Blue-Ray. Es más, el señor Morita (presidente de Sony, el señor que ideó el walkman), llegó a un acuerdo con el gobierno chino para que la Asociación de Fabricantes de Reproductores Digitales China (que por lo visto hay una), únicamente fabricara la de la marca japonesa. Y toda China fabricando Blue-Rays.
Toshiba ha decidido abandonar hace menos de una semana.
Por otro lado, el artículo de investigación contemplaba la posibilidad de la caída comercial de los reproductores digitales, ya sean DVD´s, Blue Rays o su sucesor. El peligro al que se enfrentan los fabricantes de dichos reproductores es algo que ya está más que inventado: Internet.
Y no me refiero únicamente a las bajadas a través del eMule o del Ares, no. Va más allá. Las cadenas de televisión ponen sus programas en la web. Las productoras de las series están empezando a vender a las televisiones los derechos de sus series para que únicamente se emitan a través de la página de la cadena, ya que así se evitan la transmisión entre los internautas. Ya ocurre con Bones en Estados Unidos, y si sigue la fiebre probablemente ocurrirá con la totalidad de producciones. Incluso el estudio era capaz de prever una fecha para esto: 2016. Las teles podrán conectarse a internet, y las series y películas se verán únicamente a través de allí, con la imposibilidad de quitar los anuncios (la publicidad es lo único y más importante como ya habréis podido deducir), usando una tecnología parecida a la que usa YouTube.  El resto de programación seguirá un formato tradicional.
Me resulta fascinante, en serio, pues es la verdadera comunicación, la que durante años y años soñó la Humanidad, una verdadera guerra que lleva muchos años batallándose y que no sabemos cómo acabará. La vida de los bienes materiales tiene cada vez un ciclo de vida más corto, y todo invento revolucionario se queda anticuado algún día. E internet, al igual que otros, no podrá librarse tampoco: por lo visto, no podrá almacenar tanto vídeo y se colapsará.  No podría deciros una fecha, pero esto es parecido a lo que hace doscientos años se decía del petróleo: que no se agotará, y ya veis, únicamente le queda medio siglo de suministro.
Sólo espero que el consumidor no pierda esa guerra, pero esto, me temo que va a ser muy complicado porque, tal y como apunta el sector del entretenimiento (cine, televisión, series, programas), cada vez, y al igual que si lo extrapolamos a otros asuntos, se genera más y más basura.

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